Por Guillermo Bernal Franco
Los mexicanos no podemos aceptar que se repita los acontecimientos de 2006, las heridas siguen abiertas ante la intolerancia y la terquedad.
La política sucia que se viene dando en México fomentada por el partido en el poder está creando una gran polarización ideológica, más ahora que está en juego la sucesión presidencial. Está en peligro la multiagredida tranquilidad de México.
Felipe Calderón es el mejor enterado de como van las encuestas y no podia estar ajeno al rumbo que llevan las mismas. Felipe Calderón fue debidamente aleccionado el día que anunció en la multimencionada " Reunión Privada" con ejecutivos de Banamex, que debería de anunciar que ya existía en esos momentos un marcado acercamiento de cuatro puntos entre Josefina Vázquez Mota con Enrique Peña Nieto, de acuerdo a la "encuestadora" "chafa" lo que crearia un ambiente de confianza de los empresarios con Vázquez Mota, claro, con el interés del señor Calderón de que la balanza se incline a favor de su partido y de Josefina Vázquez, para atraer a los hombres del dinero.
El golpe fue dado. La declaración del señor Calderón de no intervenir en el proceso electoral fue una olimpica salida. ¿Usted le cree?, yo tampoco.
El señor Calderón ha expresado en muchas ocasiones que el narcotráfico amenaza las elecciones, pero el constante pronunciamiento a esta afirmación nos hace pensar que de antemano se pretende justificar la derrota panista y crear un clima de dudas ante el triunfo del PRI. Jamás debemos permitir que se judicialice la sucesión presidencial.
Bien sabemos que los rumores son los instrumentos más sucios que utilizan los promotores del autoritarismo, pues bien sabemos que personajes debidamente identificados en México entre los que se encuentra el español Solá son enlaces de la derecha internacional, por esa razón he expresado que los que hablan de democracia son los primeros en violentarla.